miércoles, 4 de enero de 2012

EL CULTIVO DE LA PATATA

La patata (Solanum tuberosum) pertenece a la familia de las solanáceas. Es una planta dicotiledónea. Su cultivo se halla extendido por todo el mundo a excepción de los países tropicales.
La patata fue introducida en España en 1565, siendo nuestro país el centro de expansión del tubérculo a toda Europa. El gran incremento del cultivo fue a principios del siglo XIX.
La patata es planta herbácea anual. Sus raíces son muy ramificadas, finas y largas, dependiendo su desarrollo de que el suelo esté o no mullido.
El tallo, grueso, fuerte, anguloso, con una altura que varía entre 0,5 y 1 m, se origina en las yemas del tubérculo. Las hojas son imparipinnadas. Consta de nueve o más foliolos, cuyo tamaño es tanto mayor cuanto más alejados se encuentran del nudo de inserción.
El fruto es una baya redondeada de color verde, que se vuelve amarilla al madurar.
A la vez que tallos aéreos, la planta tiene tallos subterráneos. Los primeros son de color verde. Contienen un alcaloide tóxico, la solanina, que puede formarse también en los tubérculos cuando éstos se exponen prolongadamente a la luz.
Los tallos subterráneos o estolones, relativamente cortos, se convierten en su extremidad en tubérculos.
En la superficie de los tubérculos tienen yemas distribuidas en forma helicoidal, abundando sobre todo en la parte opuesta al punto de inserción sobre el estolón.
Aunque la patata puede multiplicarse por semillas y por esquejes, en la práctica, la multiplicación es siempre vegetativa, haciéndose por medio de los tubérculos que producen brotes en las yemas u ojos.
La germinación de la patata, su crecimiento y la producción de tubérculos depende de sustancias químicas elaboradas por la patata, que actúan en dosis muy débiles. Se les conoce con el nombre de “sustancias de tuberización”.
La formación de sustancias de tuberización por hojas y tallos depende de la variedad y, también, de la temperatura y de la duración de la luz diaria (fotoperiodo). En días cortos se producen más sustancias de tuberización que en días largos, en los cuales aumenta el crecimiento vegetativo de la planta.
En determinadas circunstancias en que hay tuberización y crecimiento, puede ocurrir que, porque existan condiciones meteorológicas favorables, porque se abone con un exceso de fertilizantes nitrogenados u otra circunstancia, la planta puede crecer más deprisa que se produce la sustancia de tuberización, cayendo entonces la concentración de ésta por debajo del nivel mínimo y deteniéndose la tuberización. Cuando se elabora más sustancia de tuberización, vuelve a retrasarse el crecimiento y aparece nuevamente la tuberización. Estamos entonces en el caso de “rebrote”.
Se ha demostrado que el vigor del crecimiento de la planta está estrechamente unido al de los brotes de los cuales proceden. Por eso tiene gran interés plantar tubérculos cuyos brotes han alcanzado una fase de crecimiento activo, obteniéndose entonces una nascencia rápida y vigorosa.
Si los tubérculos se encuentran en una fase de crecimiento lento, entonces, no nace generalmente más que un solo brote en el ápice del tubérculo (dominancia apical). 

        2.Exigencias del cultivo. 
La patata es planta que requiere humedad abundante  y regular. Aunque es España se da en secano, sólo se obtienen buenas producciones en riego, con excepción de la cornisa cantábrica y Galicia, donde las lluvias son siempre abundantes. 
Vegeta bien donde hay temperaturas templadas y humedad ambiente. Sufre con las temperaturas excesivas y es particularmente sensible a la sequía. Sin embargo, la humedad, del aire favorece los ataques de mildiu, por lo que debe tenerse en cuenta esta circunstancia. Es más exigente en agua que la remolacha. En periodo de intensa tuberización puede necesitar hasta 80 metros cúbicos de agua por ha y día. 
Se hiela a temperaturas inferiores a –2 ºC. El crecimiento de los brotes empieza a los 2 ºC y es máximo entre 20 y 25 ºC
Aunque es muy exigente en agua, un exceso de ésta produce disminución de su riqueza en fécula y favorece el desarrollo de enfermedades, tales como el mildiu y podredumbre. 
En cuanto a suelos, la patata prefiere tierras mullidas y aireadas. Son mejores los suelos arenosos que los arcillosos. Vegeta mejor entre valores de pH comprendidos entre 5,5 y 7, condiciones que suelen darse más en los terrenos arenosos. Es planta que tolera una fuerte acidez (pH=5). 
Puede vegetar también en terrenos arcillo-calizos, llegando a tolerar un pH igual e incluso superior a 8. En suelos calizos es donde son más frecuentes los ataques de sarna. 
Son indicados los suelos ricos en humus o materia orgánica; en cambio, son malos los suelos fuertes y compactos. 

La patata responde muy bien a las aportaciones orgánicas. Por otra parte, un estercolado mejora las condiciones físicas del suelo, lo que beneficia el desarrollo del tubérculo. 
El estiércol debe ser incorporado algún tiempo antes de la siembra para que no favorezca el desarrollo de las enfermedades, sobre todo la sarna.
Cuando no se haya estercolado previamente, y para una producción de 30.000 kg, un buen abonado puede ser, por hectárea cultivada, de 150 unidades de N, 100 unidades de P2O5 y 300 unidades de K2O.
Estas cantidades pueden disminuir sensiblemente, si se cultiva después de una leguminosa, si existían cantidades en el suelo de materia orgánica, fósforo o potasio, etc.
Como ya sabemos, las funciones del ácido fosfórico en la planta son: adelantar la madurez, aumentar la riqueza en fécula de la patata y favorecer el desarrollo radicular. En cambio, el potasio, favorece la formación de azúcares, la asimilación clorofílica y facilita la migración de la fécula de los órganos verdes a los tubérculos.
Se puede hacer una enmienda de cal, pues ésta favorece el desarrollo de la patata, pero esta enmienda debe hacerse 1 ó 2 años antes de la siembra pues si se hace antes puede producir sarna común.
Algunas veces la patata acusa la carencia de magnesio, aunque normalmente los estiércoles suelen contener este elemento. Hay que tener cuidado con los abonos cuantiosos de potasio, pues bloquean al magnesio.Los abonos, conviene que lleven azufre, pues la patata es bastante exigente en este elemento; así, abonaremos principalmente con superfosfatos, sulfatos, etc.

        4.Practicas de cultivo. 
La patata requiere un terreno bastante mullido, así que las labores preparatorias del terreno serán en profundidad, y de tal manera que el terreno quede muy fino. 
Se recomienda hacer estercolado previo y que éste sea muy hecho. La dosis óptima se encuentra entre 25-30 tm de estiércol por hectárea. Si se sobrepasase esta cifra se obtendría un desarrollo de vegetación exagerado  (no deseado) y una reducción de la tuberización. 
El agricultor para sembrar, puede elegir entre hacerlo con las patatas más pequeñas de la campaña anterior, o adquirir patatas de siembra, que son las que están declaras aptas por el Ministerio de Agricultura y están controladas por la Subdirección General de semillas. 
Estas patatas están etiquetadas y precintadas y en ellas se han reconocido las condiciones de sanidad (libres de virus), vigor vegetativo y pureza varietal.
Dentro de las patatas existe lo que se llama la patata precoz, la tardía y la semitemprana.
Precoz: su ciclo es menor de 120 días. 
Tardía: o patata de ciclo largo. Ciclo de 150 días. 
Semitemprana: su ciclo está comprendido entre los 120 y los 150 días.
La dosis adecuada de semilla utilizada en la plantación varía entre los 2.000 y los 2.500 kg por ha. Cada patata, o trozo de la misma debe tener un mínimo de dos yemas. Se trata de conseguir una dessidad de plantas de 55.000 a 65.000 plantas/ha. Se pueden poner dos tipos de marcos para esta densidad de plantación: 75 cm x 25 cm ó 80 cm x 20 cm.
La profundidad de la plantación puede ir desde los 5 a los 15 cm, dependiendo del tipo de suelo, aunque lo más normal es que se ponga a una profundidad de unos 7-8 cm; después de nacida se irán haciendo aporcados sucesivos.
La siembra se puede hacer a mano (ya en desuso), con el arado (haciendo la siembra cada dos surcos, aunque cada vez se utilizan más las máquinas sembradoras que pueden ser arrastradas por el tractor o ir suspendidas.
Después de la siembra, es conveniente hacer un rulado para aplastar la tierra alrededor de la simiente
Otra práctica habitual en el cultivo de la patata es hacer escardas a mano para destruir malas hierbas, aunque también se pueden utilizar herbicidas como:
En presiembra: Clortal, EPTC, Metribuzín.
En preemergencia del cultivo: Aclorifén, Alacloro + Linurón, Cianazina, Clortal, Metolacloro, Prometrina, Pracuat... 
En postemergencia del cultivo: Bentazona, Cicloxidim, Haloxifop, etc.
Referente a las necesidades de agua, la planta no debe pasar sed en ningún momento, pero sobre todo en la nascencia. Según Briccoli, una falta de agua en la nascencia podría reducir el rendimiento de la planta a la cuarta parte.
Por otra parte el exceso de humedad tampoco es bueno, pues, detiene el desarrollo de los tubérculos y favorece enfermedades criptogámicas como el mildiu o la podredumbre (de ahí que la patata prefiera los suelos sueltos y bien drenados).
La recolección puede hacerse a mano o con máquina. Actualmente a mano solamente se hace en las parcelas pequeñas, pero lo normal es que salga más caro. Las máquinas, tienen un rendimiento aproximado de unas 3 tm por hora. Como una cosecha normal ronda los 25.000 kg/ha, se puede decir que una máquina arrancadora-hileradora trabaja una hectárea diaria aproximadamente.
La arrancadora hileradora de dos hileras, tiene un rendimiento del doble de la anterior.

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